Gotham Central: Policias Polis
2 Commentarios Publicado por Darth Howlett el lunes, 26 de marzo de 2007 a las 14:54.Aquí un servidor ya lleva un tiempo leyendo series de superhéroes americanos, y hay una cosa que siempre me ha resultado de lo más curioso y que me gustaría compartir con todos vosotros. Cuando una serie regular de un personaje comienza a extenderse y a crecer, los guionistas de rigor (los buenos, más bien), tienen que ingeniárselas para no intentar repetirse e innovar, dentro de lo que dejen innovar los mandamases de la editorial de la serie, claro está. Algunos guionistas pasan sin pena ni gloria, otros es para quemarlos en la hoguera junto con su "obra" (que más bien se debería declarar como atentando contra la humanidad), y por último, hay otros autores que consiguen hacer que la serie logre sus cotas más altas y pase a la posteridad dentro del género de los pegamamporros con mallas. Lástima que estos últimos sean los que menos abundan.
De todos modos, sean quienes sean los que toman las riendas de la serie hay una cosa que está clara: con el tiempo, esos autores van creando un ecosistema al rededor del personaje de la serie dándole más fuerza y transfondo, que a su vez da sentido a las acciones que el superhéroe realiza y aventuras que corre. Poco a poco ese ecosistema va ganando fuerza con el tiempo, siempre y cuando se cuide, claro. Gana tanta fuerza que en el momento en que un guionista intenta cambiar algo de ese ecosistema sin mucho cuidado o sin un buen guión que lo respalde, todos los frikis se le echarán encima para sacrificarlo ante Crom. Si no es por ese ecosistema, ese submundo al rededor del personaje, el personaje en sí no sería le mismo. ¿Sería igual el Capitán América sin S.H.I.E.L.D. a sus espaldas? Y yendo más lejos ¿sería Superman el mismo sin Jimmy Olsen? Yo digo que no.
Uno de esos casos en los que el ecosistema que sostiene al superhéroe gana muchísima fuerza es el de Batman. Todos sabemos que Batman no es más que un multimillonario pirado con mucho tiempo libre y tendencias por el sado, al que lo que más le gusta en el mundo es ponerse unas mallas negras ajustadas, raptar a sidekicks jovencitos de los que abusar de vez en cuando, ponerse una capa (cuanto tiene que decir Alan Moore sobre las capas) y hacer como que es un murciélago hipervitaminado. Pero claro, eso lo sabemos nosotros porque leemos sus historias de primera mano, pero ¿Cómo le ven los habitantes de Gotham?¿Porqué permiten que semejante tarado ande suelto por las calles (aparte de porque es mejor que se dé un tarado con los otros tarados asesinos, claro)?
Y aquí es donde entra la serie que titula la cabecera. Gotham Central es una serie que se centra en el departamento de policía de la ciudad, presentándonos como lucha la policía normal contra las amenazas con las que tiene que lidiar Batman a diario. No se nos presenta a un sólo personaje, si no que disfrutamos de historias protagonizadas por toda una serie de detectives pertenecientes a la misma sección que tienen que lidiar con el esperpéntico crimen de la ciudad. Muchos de esos detectives ya eran de sobra conocidos en la serie regular de Batman (la detective Montoya, por citar a alguno), pero otros no tanto. Y es gracias a esas historias que podemos ver el aura de misticismo que envuelve a Batman y sus allegados, y también se puede ver cómo la gente de a pie percibe las amenazas que pueblan la ciudad.
Y que queréis que os diga, la serie es una maravilla. Auténtico género negro, con tramas detectivescas llevadas con maestrías que sumergen y atrapan sin compasión, sin olvidarse de meter las mallas justas para que no perdamos la perspectiva de donde nos andamos. Además de que se van presentando a los personajes de tal modo que al final te sientes uno más del equipo. Pero claro, con una serie a manos de Greg Rucka y Ed Brubaker a los guiones, y con Michael Lark a los lápices, poco menos se podía esperar (y quién dude de la magia de Brubaker que me lo diga en la calle). Tres auténticos maestros que nos hacen bailar al son que les da la gana y sin que nos demos cuenta. Una maravilla, oigan. La forma que tienen de presentarnos a los ya míticos Joker, o Dos caras pero frente al GCPD (Gotham Central Police Departament, en la lengua de la pérfida Albión, off course), después de una ardua investigación es para quitarse el sombrero. Sencillamente, mola.
La serie la comenzó a publicar Norma tiempo ha, pero con el cambio de DC a manos de planeta, fue esta última la que se encargo de continuar donde lo dejó Norma. Así, tenemos tres tomos editados por Norma (yo los pillé en un pack de estos que sacaron para liquidar hace tiempo, pero creo que son chungos de pillar ahora) y ahora mismo Planeta ya ha publicado tres más y apunto de publicar el cuarto. Así que ya estáis asaltando la tienda de rigor para ser otros adeptos más de la serie, insensatos.
He dicho.
De todos modos, sean quienes sean los que toman las riendas de la serie hay una cosa que está clara: con el tiempo, esos autores van creando un ecosistema al rededor del personaje de la serie dándole más fuerza y transfondo, que a su vez da sentido a las acciones que el superhéroe realiza y aventuras que corre. Poco a poco ese ecosistema va ganando fuerza con el tiempo, siempre y cuando se cuide, claro. Gana tanta fuerza que en el momento en que un guionista intenta cambiar algo de ese ecosistema sin mucho cuidado o sin un buen guión que lo respalde, todos los frikis se le echarán encima para sacrificarlo ante Crom. Si no es por ese ecosistema, ese submundo al rededor del personaje, el personaje en sí no sería le mismo. ¿Sería igual el Capitán América sin S.H.I.E.L.D. a sus espaldas? Y yendo más lejos ¿sería Superman el mismo sin Jimmy Olsen? Yo digo que no.
Uno de esos casos en los que el ecosistema que sostiene al superhéroe gana muchísima fuerza es el de Batman. Todos sabemos que Batman no es más que un multimillonario pirado con mucho tiempo libre y tendencias por el sado, al que lo que más le gusta en el mundo es ponerse unas mallas negras ajustadas, raptar a sidekicks jovencitos de los que abusar de vez en cuando, ponerse una capa (cuanto tiene que decir Alan Moore sobre las capas) y hacer como que es un murciélago hipervitaminado. Pero claro, eso lo sabemos nosotros porque leemos sus historias de primera mano, pero ¿Cómo le ven los habitantes de Gotham?¿Porqué permiten que semejante tarado ande suelto por las calles (aparte de porque es mejor que se dé un tarado con los otros tarados asesinos, claro)?
Y aquí es donde entra la serie que titula la cabecera. Gotham Central es una serie que se centra en el departamento de policía de la ciudad, presentándonos como lucha la policía normal contra las amenazas con las que tiene que lidiar Batman a diario. No se nos presenta a un sólo personaje, si no que disfrutamos de historias protagonizadas por toda una serie de detectives pertenecientes a la misma sección que tienen que lidiar con el esperpéntico crimen de la ciudad. Muchos de esos detectives ya eran de sobra conocidos en la serie regular de Batman (la detective Montoya, por citar a alguno), pero otros no tanto. Y es gracias a esas historias que podemos ver el aura de misticismo que envuelve a Batman y sus allegados, y también se puede ver cómo la gente de a pie percibe las amenazas que pueblan la ciudad.
Y que queréis que os diga, la serie es una maravilla. Auténtico género negro, con tramas detectivescas llevadas con maestrías que sumergen y atrapan sin compasión, sin olvidarse de meter las mallas justas para que no perdamos la perspectiva de donde nos andamos. Además de que se van presentando a los personajes de tal modo que al final te sientes uno más del equipo. Pero claro, con una serie a manos de Greg Rucka y Ed Brubaker a los guiones, y con Michael Lark a los lápices, poco menos se podía esperar (y quién dude de la magia de Brubaker que me lo diga en la calle). Tres auténticos maestros que nos hacen bailar al son que les da la gana y sin que nos demos cuenta. Una maravilla, oigan. La forma que tienen de presentarnos a los ya míticos Joker, o Dos caras pero frente al GCPD (Gotham Central Police Departament, en la lengua de la pérfida Albión, off course), después de una ardua investigación es para quitarse el sombrero. Sencillamente, mola.
La serie la comenzó a publicar Norma tiempo ha, pero con el cambio de DC a manos de planeta, fue esta última la que se encargo de continuar donde lo dejó Norma. Así, tenemos tres tomos editados por Norma (yo los pillé en un pack de estos que sacaron para liquidar hace tiempo, pero creo que son chungos de pillar ahora) y ahora mismo Planeta ya ha publicado tres más y apunto de publicar el cuarto. Así que ya estáis asaltando la tienda de rigor para ser otros adeptos más de la serie, insensatos.
He dicho.
Etiquetas: comics
tiene muy buena pinta la serie... a ver si algún día me da por volver a leer comics, que lo fuí dejanndo... y hasta hoy.
Gracias de nuevo por tu colaboración y enhorabuena por los macro posts que te curras ;-)
Lo tuyo es de cárcel, te dejo los primeros tomos de la serie no se cuantos meses y no te los lees. A la hoguera contigo! XDXD
Gracias por la enhorabuena. A ver si cuando pase este mes en el que estaré aislado con la mudanza puedo participar más y con algunos post más pequeños, que fijo que estos tochos no se los leen ni cristo ^^U
Ale.